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lunes, 14 de febrero de 2011

¿Deseas brillo en tu pelo? Te lo contamos...


Revista Polo Mode diciembre 2010 Periodista Levy Federico

Algo muy habitual y comentado al observar el pelaje de nuestros admirados caballos, es el pensar: ¿por que nuestro pelo no puede tener el brillo que posee tan virtuoso animal?

Para responder al respecto, debo primero presentarme; me llamo Miguel Cisterna, tricólogo (especialista en el estudio y tratamiento del cabello humano) diplomado en Barcelona.
Una de mis preferencias casi pasión, por la que me invitan a escribirles hoy, es el admirar la belleza del polo.

Nuestro pelo como el del caballo, es una proteína estructural que presenta en similitud y por observación, partes llamadas raíz, tallo, médula, corteza ó cortex y cutícula, tal como en los vegetales.

Ahora bien, el pelo animal se diferencia del pelo humano (morfológicamente) en que en este último las cutículas o cubierta externa del pelo son suaves, algo saliente e imbrincadas (dispuesta como tejas de un techo). En cambio en el animal son gruesas y poco imbrincadas.

Esto explicaría en parte la diferencia estructural entre ambos pelos, pero existe otra causa igual de importante que se dá por el cuidado que damos sobre cada uno de ellos.

¿Han oído que se lave al caballo con shampoo y crema de enjuague?
Ó quien de los que lee estas breves líneas ¿se lava el cabello solamente con jabón?

El veterinario, muchas veces con ayuda del petisero controlan parte por parte la piel, y el pelaje. Lavan mojando controladamente, emulsionan grasas haciendo espuma con el jabón, secan a temperatura ambiente, luego cepillan en la dirección correcta (hacia las puntas) y finalmente lustran con franela (en lo mejor de los casos). El brillo del animal es espectacular (salvo y en algunos casos que exista deficiencia alimentaria).

Ahora nosotros buscando exaltar la belleza capilar, abusamos de todo tipo de shampoos, los cuales al igual que las cremas de enjuague son formulados con detergentes (surfactantes o tensioactivos), sobre deshidratamos la fibra con exceso de temperaturas altas, practicando en forma continua brushing y alisados.

Nos es difícil, en la competitiva y frenética sociedad actual, restablecer patrones de higiene y cuidado que sean un poco más naturales.

Pero, ¿quién no recuerda a esas bellas mujeres que acompañan tan bellas imágenes de nuestra memoria, peinando sus hermosas cabelleras con frondosos cepillos de cerda natural, dando el tiempo necesario al desenredo y lustre?

MIGUEL ANGEL CISTERNA TRICÓLOGO DGEP de la "GENERALITAT de CATALUNYA", BARCELONA S -3865- N 0521

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